Political Watch presenta un estudio en el que analiza el papel que los 30 principales medios de comunicación escrita de España tienen en el abordaje de la actualidad mediática y política y su contribución a la polarización en la que la sociedad está inmersa en temas tan relevantes y sensibles como la "Ley trans".
Los medios de comunicación son uno de los poderes de influencia clave para la ciudadanía. El papel que juegan es fundamental para la democracia y tienen una gran influencia en la calidad de la misma. En el caso del Estado español, la calidad de nuestra democracia sigue en ligero declive. Según el informe de Freedom House, el hecho de que los medios de comunicación estén en manos privadas representa una amenaza para su independencia, siendo la propiedad de los medios impresos menos transparente que la de los medios audiovisuales.
Este proyecto emplea la metodología desarrollada por la organización estadounidense Ad Fontes Media y la adapta para elaborar la versión española de su Media Bias Chart. Siguiendo esta metodología, se analizan 30 medios de prensa escrita en base a dos ejes: su fiabilidad y su sesgo político.
Otra cuestión importante sobre el diseño del proyecto es que se ha analizado la cobertura de los medios desde dos vertientes temáticas distintas con el objetivo de hacer un análisis comparativo del comportamiento de los medios en uno y otro caso. Por una parte, se han analizado artículos sobre temáticas generales – como empleo, sanidad o fiscalidad –; y por otra parte, se ha analizado la cobertura que hacen estos mismos medios de temas relacionados con los colectivos que son más propensos a ser objeto de discurso de odio: como el colectivo LGTBIQ+, las personas migrantes o la población gitana.
Se trata de un análisis necesario para la ciudadanía, que invita a la reflexión sobre la calidad de nuestros medios de comunicación en cuanto a su compromiso con la veracidad y la objetividad, sobre las ‘cámaras de eco’ y, en definitiva, sobre la influencia que estos medios tienen en la calidad de nuestra democracia. Este análisis pone a disposición de la ciudadanía unos datos que permiten tener una visión más objetiva y crítica sobre la información que consumimos en temas especialmente relevantes para los derechos humanos.
El análisis de 450 artículos de 30 medios de comunicación distintos ha arrojado una serie de interesantes resultados. La manera más fácil de visualizar los resultados – detallados por medio de comunicación y artículo – es a través de los gráficos interactivos generados por la aplicación de Ad Fontes Media. Los filtros de su buscador permiten seleccionar un medio de comunicación en particular y desplegar en el gráfico los resultados del análisis de cada artículo calificado para esa fuente.
Accede al Media Bias Chart de artículos de temática general
Accede al Media Bias Chart de artículos sobre temas controvertidos
Tras el análisis del total de los artículos, los 30 medios de comunicación se sitúan de la siguiente manera en los ejes fiabilidad-sesgo político analizados:
Tabla resumen del comportamiento de los medios en la cobertura de temáticas generalistas Vs controvertidas.
Perfil ideológico | Temática generalista | Temática controvertida |
---|---|---|
Derecha | Aumenta sesgo político | Disminuye fiabilidad |
Centro | Fiabilidad no varía | Aumenta sesgo a la izquierda |
Izquierda | Sesgo político no varía | Aumenta fiabilidad |
Fuente: elaboración propia |
El análisis de los dos siguientes artículos es una muestra lo que está ocurriendo actualmente:
La noticia presenta inequívocamente un sesgo político al acudir únicamente a fuentes y citar testimonios de personas que están en contra de la llamada “ley trans”, siendo esta una posición minoritaria dentro del colectivo. En cuanto al lenguaje empleado a lo largo del artículo, se habla de transexuales, a pesar de que el propio colectivo habla de ‘personas trans’, término que incluye a todas aquellas personas que han transicionado, independientemente de sus genitales. Por otra parte, el artículo habla de la ‘disforia de género’ – incidiendo en la patologización de este colectivo, a pesar de que Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la transexualidad como un trastorno en 2018 – y siendo esta una de las demandas del colectivo y una de las propuestas clave de la nueva ley. Estos ejemplos muestran claramente la necesidad de revisar cómo se están abordando las informaciones sobre el colectivo LGTBIQ y cómo es fundamental que los medios no refuercen las violencias y la estigmatización que sufren estas personas.
Este segundo artículo muestra una manera más objetiva y respetuosa de reportar sobre esta cuestión. Primeramente, describe de manera clara lo que está sucediendo entre los dos partidos del Gobierno respecto a la "ley trans". Por otra parte, respecto al lenguaje utilizado, se considera apropiado y en ningún caso refuerza estereotipos o violencias. Ejemplo de ello es la referencia a los derechos humanos – matiz importante para entender la importancia de la protección legal que reclama el colectivo –; así como el uso del término ‘personas trans’ como término inclusivo que alberga la diversidad que hay en este colectivo, o de ‘matrimonio igualitario’ que es un término más inclusivo y con una mayor connotación de derechos que ‘matrimonio gay’. Por último, el artículo utiliza la terminología correcta –como ‘autodeterminación’ o ‘personas no binarias’ – para hablar sobre la propuesta de ley, fomentando la pedagogía de la misma.
Estos dos ejemplos son solo una muestra de la necesidad de revisar cómo se están abordando las informaciones sobre el colectivo LGTBIQ+, y otros colectivos propensos a ser objeto de discurso de odio, y cómo es fundamental que los medios no refuercen las violencias y la estigmatización que sufren estas personas y colectivos.
Los resultados obtenidos de este primer análisis abren varias líneas de acción con las que fortalecer el trabajo de los medios de comunicación, con el objetivo último de aumentar su contribución a la construcción de una sociedad más informada y más crítica con la información que recibe.
Ante los resultados obtenidos, Political Watch se propone abrir en el corto plazo un proceso de debate con los medios de comunicación analizados y con asociaciones profesionales representativas con el objetivo de que el sector reflexione sobre su comportamiento y responsabilidad al abordar e informar de cuestiones sobre colectivos objeto de discurso de odio, dando pautas, desde el enfoque hasta el lenguaje que se debería utilizar.
En el medio plazo, Political Watch se plantea desarrollar un servicio web (API) que permita detectar, automáticamente, a través del lenguaje utilizado en el artículo, si los contenidos están sesgados hacia un determinado espectro político. De esta manera, el lector al disponer de este diagnóstico de forma automática y a tiempo real puede optar por permanecer en su ‘cámara de eco’ o decidir consultar otras fuentes o contrastar la información. También puede llevarle, en determinados casos, a exigir a un determinado medio el cumplimiento de ciertas normas básicas que no lleven a la estigmatización y a las violencias sobre estos colectivos. Del mismo modo, estos diagnósticos podrían ser utilizados por los diferentes colectivos afectados, para aportar evidencias en sus denuncias o reivindicaciones contra las malas prácticas periodísticas en la cobertura de los asuntos que les incumben.
Una vez más, Political Watch considera que la existencia de este tipo de herramientas y metodologías es clave para construir una ciudadanía crítica y una sociedad bien informada que exija transparencia y unos medios de comunicación objetivos. Sin embargo, las herramientas requieren de una ciudadanía que las quiera utilizar para, en este caso concreto, informarse y reclamar unos medios de comunicación más fiables y responsables.
Este proyecto se ha basado fundamentalmente en la metodología de Ad Fontes Media para el Media Bias Chart. Todas las puntuaciones recogidas durante este proyecto se basan en el supuesto de que la taxonomía del Gráfico Media Bias es una forma válida de posicionar a las fuentes de noticias sobre las dimensiones de fiabilidad y sesgo político. Esta taxonomía ha sido creada por Vanessa Otero, la fundadora de Ad Fontes Media. A pesar de que el número de categorías y de valores numéricos de la taxonomía son algo arbitrarios, son útiles para clasificar a los medios en una escala y poder compararlos.
En la experiencia en EEUU, algunos observadores han puesto en entredicho aspectos de la taxonomía propiamente dicha, como por ejemplo, algún objeto que un espectro denominado "de izquierdas"" no capte todo el alcance de las posiciones políticas, o que es imposible definir nada como verdaderamente «neutral» o «centro». Tales puntos pueden ser (y probablemente serán) debatidos para siempre, pero basándonos en la utilidad probada de esta taxonomía, mantenemos los criterios propuestos.
El eje horizontal del Gráfico Media Bias (sesgo político, de izquierda a derecha) se divide en siete categorías, tres de las cuales representan el espectro de la izquierda, otras tres representan el espectro de la derecha, y una en el centro. Cada categoría abarca 12 unidades de calificación, por lo que la escala numérica total va de -42 a la izquierda a +42 a la derecha. El eje vertical del gráfico (fiabilidad general, de arriba a abajo), se divide en ocho categorías, cada una de las cuales abarca ocho unidades de clasificación, para una escala numérica total de 0 a +64. Una vez más, estos valores son algo arbitrarios, pero las ocho categorías proporcionan niveles suficientes de clasificación de los tipos de fuentes de noticias que se han calificado. Para la dimensión ‘sesgo político’ se han medido las siguientes tres categorías: lenguaje utilizado, posición política y comparación respecto a la cobertura de otros medios. En el caso de la dimensión ‘fiabilidad’ se ha medido el título y la imagen, la veracidad y la expresión del tipo de artículo, es decir, si reporta solo hechos o si es un artículo de análisis y opinión.
Respecto a la muestra analizada, la selección de los 30 medios a analizar se ha hecho en base a los resultados de la Encuesta General de Medios de marzo de 2020, los resultados de Statista, y la información arrojada por Comscore. En este caso, sólo se han analizado medios generalistas y se ha priorizado tener una visión de los medios a nivel estatal, autonómico y local, dejando fuera a agencias de noticias y a aquellos medios que ofrecen, principalmente, noticias de agencias. Respecto a la metodología concreta de análisis y basándonos en el proceso indicado por la metodología de Ad Fontes, seleccionamos a 6 analistas en función de su experiencia, orientación política, formación, habilidades de comprensión lectora y de sus habilidades analíticas, además de amplios conocimientos políticos. En este grupo de analistas, todas las personas eran licenciadas o graduadas en Ciencias Sociales y dos disponían de estudios de Máster.
Respecto a la orientación política, uno de los requisitos es que los equipos de analistas estén equilibrados respecto a su orientación política. Para garantizar esta cuestión, todas las personas que han enviado sus candidaturas han tenido que rellenar un cuestionario de orientación política, basado en la metodología de Ad Fontes, para finalmente configurar los equipos con dos analistas que se sitúan en el espectro de orientación más afín a la izquierda, otros dos analistas situados en el centro y otros dos analistas más afines a una orientación política de derecha. Las posiciones políticas y las ideologías son, por supuesto, más complejas que simplemente de derechas, de centro o izquierda, como también lo son los artículos que calificamos. Una parte importante de la calificación de sesgos es evaluar la «izquierda» o «derecha» en una serie de posiciones políticas diferentes y la forma en que los analistas ven esas posiciones políticas naturalmente afecta a cómo ven la izquierda o la derecha de las mismas. Por otro lado, se les sometió a un cuestionario previo para garantizar su conocimiento sobre actualidad política.
Una vez seleccionados los analistas bajo estos criterios, se les imparte una formación sobre la metodología de Ad Fontes. Cada analista se ha formado a través de la lectura de la documentación de Ad Fontes Media y de la participación en cuatro sesiones de capacitación por videoconferencia, de aproximadamente una hora y media cada una, durante un período de dos semanas. En estas sesiones, se cubrió cómo calificar los artículos bajo las dimensiones de fiabilidad y de sesgo, centrándose en los principales criterios de Ad Fontes – veracidad, expresión y encabezados/gráficos para la métrica de fiabilidad; y posición política, lenguaje y comparación para la métrica del sesgo ideológico–.
El análisis de los 450 artículos se ha llevado a cabo a lo largo de 6 semanas por los dos grupos de analistas con 2 coordinadores que se han encargado de la selección de los artículos de cada periódico. Cada artículo ha sido visualizado por sus analistas en su forma “nativa”, lo que significa que es visto directamente desde su URL, en el mismo contexto que cualquier consumidor de noticias podría leerlo. Se ha decidido hacerlo de esta manera, en lugar de artículos “ciegos”, principalmente por las pistas que pueden inferirse de elementos no textuales.
Los coordinadores seleccionaron 16 artículos por periódico – 10 artículos sobre temáticas generales y 6 sobre temas relacionados con colectivos que son objeto potencial de discurso de odio–. Todos los artículos fueron seleccionados dentro de un mismo marco temporal - del 25 de marzo al 28 de abril de 2021-. En el caso de las noticias relacionadas con colectivos más discriminados, los artículos pertenecen mayoritariamente a este mismo ámbito temporal, pero ha habido casos en los que, al no encontrarse noticias sobre estas cuestiones, se han tenido que buscar artículos más antiguos.
Cada uno de los 16 artículos de los 30 medios ha sido evaluado por 3 analistas en las dos dimensiones mencionadas. Por tanto, finalmente se obtuvieron 1350 valoraciones. Respecto a la puntuación general de cada artículo, se calcula a través del promedio de los tres puntajes individuales. Aunque las discrepancias entre analistas no han sido significativas, siendo analistas con diferentes orientaciones políticas, cuando las discrepancias eran mayores de 8 puntos entre la mayor y la menor puntuación de un mismo artículo, se ha revisado conjuntamente entre los 3 analistas para poner en común las razones de esa puntuación. En algunos casos, los analistas han modificado sus puntuaciones mientras que en otras, se han mantenido las puntuaciones iniciales.
Artículo originariamente firmado por nuestra compañera Irene Martín